El ABC del huevo Revuelto
¿Eres de los que solo hace revuelto cuando se te rompe la tortilla al darle la vuelta? No te preocupes, venimos con el Gran Remy en tu ayuda. Hay distintas formas de preparar unos huevos revueltos, todas estupendas si respetas algunos principios. Los principales: tener paciencia y cocinar con fuego suave, con lo que conseguirás que el huevo se cuaje poco a poco y de forma uniforme. ¿Otro truco? ¡No pares de remover!
La técnica principal de esta elaboración es batir:
Técnica Batir: remover con rapidez y energía un elemento o preparación para que adquiera cierta consistencia o se mezclen sus componentes. ¡Qué recuerdos en la cabeza de Linguini!
Pero antes de ponerte manos a la obra, dale respuesta a esas preguntas que te surgirán. Serán tus mejores consejos.
¿Bato en bol o remuevo directamente en el cazo?
Ambas opciones tienen detractores y defensores. Si los bates en un bol, el color y la textura serán más homogéneos. Removiéndolos en el recipiente de cocción, la yema y la clara se integran mientras se calientan, de manera que quedan partes de distinto color.
¿Debo añadir algo al huevo?
Con unos buenos huevos no es imprescindible. Pero...
...Añadirle un poco de nata al huevo al principio ayuda a que el resultado sea más esponjoso.
...Si la añades al final de la cocción ayudará a que quede más cremoso.
...Un poco de queso aporta sabor y también ayuda un acabado untuoso.
...Aunque hay mucho escrito te recomendamos salarlo al final.
¿Mantequilla o aceite de oliva?
¿Por qué no las dos? Cada una aporta matices distintos de sabor pero las dos realzan el sabor del huevo. Eso sí, si usas mantequilla no la calientes mucho para que no tome color. Al remover la mezcla ayuda a hacer que el revuelto tenga una textura más aterciopelada, ya que el movimiento hace que emulsione con el huevo.
¿Sartén o cazo?
Una vez más depende de lo que busques. En sartén la superficie expuesta es mayor, con lo que el huevo se cuajará formando capas. El cazo, al ser más grueso, repartirá la temperatura de forma más homogénea y suave. El resultado será más homogéneo y dependiendo de cómo remuevas y cuánto lo cuezas quedará más cremoso o más esponjoso. Pero si lo que buscas es "La Cremosidad" con mayúsculas, ármate de paciencia y hazlo al baño maría en un bol dentro de un cazo con agua hirviendo.
"Si en el cazo están a tu punto, ya es demasiado tarde. Sácalos siempre un poco más crudos de lo que te gustan"
¿Varillas o espátula?
Las varillas son más agresivas con la estructura del huevo aunque por otro lado ayudan a conseguir una textura más esponjosa y homogénea. La espátula es más delicada con la estructura del huevo. El resultado es más cremoso a pesar que parece más grumoso.
Entonces, ¿cremoso o esponjoso?
Las dos opciones son igual de apetitosas. La decisión la tendrás que tomar tú con todo lo aprendido durante la práctica.
Entonces, ¿Jugoso o cuajado del todo?
Como antes solo tú puedes responder a esta pregunta. Lo que sí te podemos dar son dos consejos.
Si en el cazo están a tu punto, ya es demasiado tarde. Sácalos siempre un poco más crudos de lo que te gustan ya que están calientes y se acaban de cocinar en el plato.
No hay un valor absoluto respecto al punto de cocción pero ten en cuenta que a partir de cierto punto la proteína y agua se separan. 9 de cada 10 expertos en huevos revueltos, los encuentran desagradables.
¿Qué ingredientes puedo añadir?
Deja volar tu imaginación. Dados de jamón, de chorizo, de tomate, de tofu, champiñones salteados, bacón crujiente, espárragos salteados, ajos tiernos confitados, langostinos, con unas patatas fritas debajo, con una tostada, sobre tortillas de maíz... Experimenta, disfruta y recuerda que... ¡Cualquiera puede ser cocinero!